Robos a la orden del fútbol peruano

¿Recuerda usted el robo a la Casa Blanquiazul en el 2002? Cincuenta mil dólares fueron extraídos del arca. Seis años después, Cusco y su Cienciano se han convertido en víctimas. Y en ambos casos, dos jugadores han sido relacionados. ¿Acaso existen 'cabecillas' dentro del fútbol? El 12 de marzo de este 2008, el equipo imperial sufrió un asalto por delincuentes que se llevaron más de 80 mil dólares de sus arcas, dinero destinado a los sueldos de los jugadores. Y nadie pensó que uno de ellos, dos meses después, se vería implicado. César Ccahuantico, quien hace algún tiempo se vio envuelto en un escándalo dentro de una discoteca, fue acusado de ser cómplice de tal crimen. La Policía Nacional descubrió el número telefónico de uno de los ladrones en el teléfono celular del jugador, relacionándolo inmediatamente con el siniestro. Ocho llamadas suyas al delincuente, siendo la última diez minutos antes del asalto, fueron suficientes para que sea uno de los principales sospechosos, no solo ganándose el repudio popular sino el despido de su club. ¿Sorprende? Sí y no. Vamos, es increíble que un deportista quiera perjudicar directamente a su centro de labores. Sin embargo no es la primera vez que este caso ha sido denunciado. Hace seis años, la Casa Blanquiazul fue asaltada y despojada de 50 mil dólares. Y uno de los denunciados de participar en el robo fue Waldir Sáenz, jugador y figura histórica de Alianza Lima. Según declaró Julián Ciudad, principal acusado del atentado y encarcelado por ello, Waldir recibió una llamada frente a él confirmando que se iba a pagar un sueldo que la directiva debía a sus jugadores. Por tal, se acusó a Ciudad de pasar el dato a los delincuentes y a Sáenz por ser 'autor intelectual'. El caso ha sido reabierto. Waldir fue citado en abril para prestar su manifestación sobre lo sucedido. Según se supo, testimonios incriminatorios serán presentados por el fiscal que estaría pidiendo 10 años de cárcel, además de pagar una reparación civil. Por supuesto, Sáenz ha negado toda acusación contra él. Al igual que Ccahuantico. Lo cierto es que las investigaciones llevaron a relacionar a ambos con los mencionados asaltos. ¿Habrá 'cabecillas' en nuestro fútbol? No se sabe. No se sabe siquiera cómo terminará este dilema en el Cusco. El caso está fresquito. Unos hablan y otros se defienden. Al final, nuestro deporte ya está manchado, sean culpables o no. ¿Qué se puede hacer?

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