El lunes, durante la reunión semanal de la Comisión de Cultura de la Legislatura porteña, un grupo de trabajadores del Teatro Colón presentó una carta firmada por una serie de intelectuales y personalidades de la cultura preocupadas por el "progresivo deterioro del Teatro" y "la pérdida de prestigio artístico" que acarrea "el empobrecimiento de sus actividades en el año de su Centenario". La carta, firmada entre otros por el ensayista Juan José Sebreli, el escritor Mempo Giardinelli, el ex director artístico del Colón, Marcelo Lombardero, y varios miembros de los cuerpos estables del teatro, también hace hincapié en que el Gobierno de la Ciudad "hoy impulsa una ley de autarquía que pretende aprobar con urgencia, cuyas intenciones y consecuencias nos causan gran preocupación". En la carta, también se subrayan los riesgos de que se administre atendiendo únicamente a criterios de mercado. "Antes de modificar el status legal e institucional del Teatro, deberíamos primero abocarnos a recuperarlo y debatir qué clase de teatro queremos. La ley debe contemplar que el Teatro Colón es un Teatro Oficial que pertenece al ámbito público. Su funcionamiento debe ser regulado por políticas de Estado, y no de mercado, ya que regido únicamente por estas últimas no sería sustentable". La carta se cierra con una lista de atributos claves para el Teatro Colón que quieren los que firman. Entre otros, figuran un pedido para que el Teatro se mantenga "bajo la órbita del Ministerio de Cultura"; que se preserve la autenticidad del edificio y no se permita ningún tipo de amplificación electrónica del sonido; que se apueste a la producción propia e incluso a la exportación de producciones; y que todos los cargos sean cubiertos por concurso, "como lo indica la ley (que no se cumple)". Además, reclaman que el control de la gestión se haga a través de una auditoría mixta entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo.
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